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Reflexiones sobre ABP
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) plantea una forma de enseñar muy distinta al enfoque tradicional. Mientras que en la enseñanza tradicional el profesor suele ser el centro del proceso, en el ABP se promueve que los estudiantes sean más autónomos, participativos y protagonistas de su propio aprendizaje. Ya no se trata solo de transmitir información, sino de construir conocimiento a partir de situaciones reales, a través de la investigación, el trabajo en equipo y la elaboración de productos concretos.
En cuanto a las ventajas, considero que esta metodología motiva mucho más a los estudiantes, les permite desarrollar habilidades como el liderazgo, la colaboración y la autorregulación, y los enfrenta a retos que los preparan mejor para el mundo real. Sin embargo, también reconozco que su implementación en el aula presenta varios desafíos. Requiere una planificación más cuidadosa, una gestión más activa del tiempo y del grupo, y una disposición por parte del docente para adaptarse a ritmos y dinámicas distintas a las habituales.
Finalmente, el rol del profesor en un entorno de ABP cambia de manera significativa. Ya no es solo el que explica o evalúa, sino un guía que acompaña, orienta y retroalimenta a los estudiantes en cada etapa del proceso. En el contexto universitario, esto implica asumir una postura más flexible, fomentar la participación activa y confiar más en la capacidad de los estudiantes para tomar decisiones sobre su propio aprendizaje.
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