• JORGE ALBERTO

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    4 octubre, 2024 at 11:19 am

    Tienes toda la razón profesor Fredy al cuestionar si las directrices internacionales son suficientes. Cada empresa es un mundo y tiene sus propias particularidades, así que aplicar reglas generales sin adaptarlas puede ser un problema. Imagina que un pequeño startup quiere implementar IA, pero no tiene los mismos recursos que una gran corporación. ¿Cómo se asegura de que todos jueguen con las mismas cartas?

    Y lo de la responsabilidad, Si un algoritmo toma una decisión equivocada y alguien sale perjudicado, ¿a quién le echamos la culpa? Al programador, al jefe que lo autorizó, a la empresa… es como un juego de quién es quién.

    Además, los sesgos en los algoritmos son más difíciles de detectar de lo que parece. A veces son tan sutiles que pasan desapercibidos, y pueden terminar discriminando a grupos de personas sin que nos demos cuenta.

    Para mí, lo más importante es que las empresas sean transparentes. Otra situación que me preocupa es el impacto social. La IA puede crear nuevos empleos, pero también puede destruir otros. ¿Cómo nos aseguramos de que esta transición sea justa para todos? ¿Y qué pasa con las pequeñas y medianas empresas? ¿Tienen las mismas oportunidades para aprovechar los beneficios de la IA?

    Profesor Fredy, la IA es una herramienta poderosa, pero debemos usarla con cuidado y responsabilidad. Necesitamos encontrar un equilibrio entre la innovación y la ética, y eso es un desafío que nos toca a todos.